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Un derrame te avisa un mes antes y el 99% de las personas no lo saben

El derrame cerebral, también conocido como accidente cerebrovascular (ACV),

es una de las principales causas de discapacidad y muerte en el mundo.
Sin embargo, lo que muchas personas no saben es que en la mayoría de los casos,
el cuerpo avisa hasta con un mes de anticipación.
Detectar estas señales a tiempo puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.

¿Qué es un derrame cerebral?

Un derrame cerebral ocurre cuando el flujo sanguíneo hacia una parte del cerebro se interrumpe o se reduce drásticamente.
Esto puede deberse a un coágulo que bloquea una arteria (ACV isquémico) o a la
ruptura de un vaso sanguíneo (ACV hemorrágico).
Al quedar sin oxígeno y nutrientes, las células cerebrales comienzan a morir en cuestión de minutos.

Señales tempranas de un derrame cerebral

El 99% de las personas ignoran las señales iniciales, porque suelen ser leves y pasajeras.
Sin embargo, reconocerlas puede salvar vidas.
Estas son las principales señales que pueden aparecer hasta un mes antes:

  • Dolores de cabeza intensos y repentinos, distintos a los habituales.
  • Mareos frecuentes o sensación de pérdida de equilibrio.
  • Visión borrosa o pérdida momentánea de la visión en uno o ambos ojos.
  • Dificultad para hablar o pronunciar palabras de manera clara.
  • Entumecimiento o debilidad en un brazo, una pierna o un lado del rostro.
  • Cansancio extremo sin causa aparente.
  • Pérdida de memoria breve o dificultad para concentrarse.

Mini derrames: una advertencia silenciosa

Muchas veces, antes de un derrame grave, el cuerpo sufre lo que se conoce como
ataques isquémicos transitorios (AIT).
Estos son “mini derrames” que duran solo unos minutos u horas y se resuelven solos, pero representan
una clara advertencia de que un ACV mayor puede ocurrir en poco tiempo.

Factores de riesgo

Aunque cualquiera puede sufrir un derrame, hay condiciones que aumentan el riesgo:

  1. Hipertensión arterial no controlada.
  2. Diabetes.
  3. Colesterol alto.
  4. Obesidad y sedentarismo.
  5. Tabaquismo y consumo excesivo de alcohol.
  6. Estrés crónico.
  7. Antecedentes familiares de ACV.

Cómo prevenir un derrame cerebral

La prevención está en tus manos. Estos hábitos pueden reducir el riesgo significativamente:

  • Controlar la presión arterial con chequeos frecuentes.
  • Mantener una dieta equilibrada baja en grasas y azúcares.
  • Realizar actividad física al menos 30 minutos diarios.
  • No fumar y moderar el consumo de alcohol.
  • Manejar el estrés con técnicas de relajación o meditación.
  • Dormir entre 7 y 8 horas diarias.

¿Qué hacer si sospechas un derrame?

Existe una técnica simple para detectar rápidamente un ACV: la regla “FAST” (por sus siglas en inglés):

  • F (Face – Cara): pide a la persona que sonría. Si un lado de la cara cae, es señal de alarma.
  • A (Arms – Brazos): pide que levante ambos brazos. Si uno cae, puede ser un ACV.
  • S (Speech – Habla): pide que repita una frase simple. Si habla raro, es peligroso.
  • T (Time – Tiempo): actúa rápido y llama a emergencias de inmediato.

Casos reales documentados

Estudios médicos demuestran que más del 80% de los pacientes con derrame reportaron síntomas semanas antes,
pero los ignoraron pensando que eran cansancio o estrés.
Detectar estos signos puede dar tiempo a un diagnóstico temprano y a iniciar un tratamiento preventivo.

Conclusión

Un derrame cerebral no ocurre de un momento a otro sin aviso.
El cuerpo envía señales claras hasta con un mes de anticipación.
Prestar atención a los dolores de cabeza repentinos, mareos, visión borrosa, entumecimiento y problemas del habla
puede salvar tu vida o la de un ser querido.
La clave está en no ignorar los síntomas y buscar atención médica inmediata.

 

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